DEPENDENCIA
DE LA GENTE .
SENDERO
DE VIDA O LO MEJOR DE BILL.
PARRAFOS:
63, 72, 176, 239, 252, 265, 288
63
Libre
de la dependencia
Me preguntaba a mí mismo: "¿Por qué no pueden los
Doce Pasos liberarme de esta depresión insoportable?" Hora tras hora, volvía
a fijar la mirada en la Oración
de San Francisco: "Es mejor consolar que ser
consolado".
De repente, me di cuenta de lo que podría ser la
respuesta. Mi defecto básico siempre ha sido depender de otra gente o de las
circunstancias, contando con que me dieran el prestigio, la seguridad y la
confianza. No pudiendo obtener estas cosas a la altura de mis sueños y
exigencias perfeccionistas luchaba por ellos. Y cuándo vino la derrota, vino
también la depresión.
Reforzado por la gracia que pudiera encontrar en la
oración, tenía que aprovechar hasta lo posible mi voluntad y poder de acción
para cortar estas equivocadas dependencias emocionales de otra gente y las
circunstancias. Únicamente después de hacerlo, podría ser libre para amar como
San Francisco había amado
GRAPEVINE, Enero de 1958
72
La Dependencia -
Malsana o Sana
No hay nada más desmoralizador que la dependencia abyecta
y pegajosa de otro ser humano. Esta, a menudo, equivale a exigir un grado de
protección y de amor que nadie podría satisfacer. Así que nuestros esperados
protectores huyen, y nos quedamos nuevamente solos - para desarrollarnos o
desintegrarnos".
* * * * *
Nos dimos cuenta de que la mejor fuente posible de
estabilidad emocional es el mismo Dios. Vimos que la dependencia de Su perfecta
justicia, perdón y amor era saludable, y funcionaría donde nada más podría
hacerlo.
Si realmente dependíamos de Dios, no podíamos hacer muy
bien el papel de Dios ante nuestros semejantes ni sentiríamos el vivo deseo de
depender completamente de la protección y del cuidado humanos.
1. CARTA, 1966
2. DOCE Y DOCE, pág. 123
176
La Dominación y la
Exigencia
Un factor primordial que no logramos reconocer, es
nuestra total incapacidad para establecer una verdadera asociación con otro ser
humano. Nuestra egomanía constituye dos abismos muy peligrosos; o bien
insistimos en dominar a las personas que conocemos, o llegamos a depender
exageradamente de ellas.
Si nos apoyamos demasiado en otra persona, tarde o
temprano acabarán por fallarnos, puesto que, como seres humanos, no podrán
acceder perpetuamente a nuestras incesantes demandas. De esta manera nuestra
inseguridad crece y se acelera.
Cuando habitualmente tratamos de manipular a los demás
para que actúen conforme a nuestros deseos, acaban por rebelarse y resistírsenos
vigorosamente. Cuando esto acontece, se hieren nuestros sentimientos, nos
creemos perseguidos y desarrollamos el deseo de venganza.
* * * * *
Mi dependencia significaba una exigencia – la exigencia
de poseer y controlar a la gente y a las circunstancias que me rodeaban.
DOCE Y DOCE, pág. 56
GRAPEVINE, Enero de 1958
239
Cuándo y Cómo Dar
Los individuos que claman por dinero o alojamiento como
condición para lograr su sobriedad van por mal camino. Sin embargo, a veces
suministramos esas cosas a un principiante – si se puede ver que está dispuesto
a poner su recuperación en primer lugar.
No se trata de una cuestión de dar, sino de cuándo y cómo
hacerlo. Cuando colocamos nuestro trabajo en un plano material, el alcohólico
comienza a depender de las dádivas en vez de en un Poder Superior y del grupo
A.A. Clama por eso o aquello sosteniendo que no puede dominar el alcohol
mientras no sean atendidas sus necesidades materiales.
Tonterías. Algunos de nosotros hemos recibido golpes muy
fuertes para aprender esta verdad: Con empleo o sin empleo, con esposa o sin
esposa, sencillamente no dejamos de beber mientras antepongamos la dependencia
de otras personas a la dependencia de Dios.
ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, pág. 91
252
Ya No Estamos Solos
El alcoholismo nos había creado una existencia solitaria,
aunque hubiéramos estado rodeados de gente que nos amaba. Pero cuando la
obstinación había alejado a todo el mundo y el aislamiento había llegado a ser
completo, comenzamos a hacer el papel de personajes de cantinas baratas y
luego, sin poder lograr ni esto, nos puso en camino de depender, solos en la
calle, de la caridad de los transeúntes.
Estábamos todavía tratando de encontrar seguridad
emocional al dominar o depender de los demás. Aun cuando nuestras fortunas no
se hubieran acabado totalmente, nos encontrábamos solos en el mundo. Todavía
tratábamos en vano de estar seguros por alguna clase de dominación o
dependencia malsanas.
Para quienes éramos así, A.A. tuvo un significado muy
especial. Gracias a él empezamos a tener buenas relaciones con la gente que nos
comprende; ya no tenemos que estar solos.
DOCE Y DOCE, pág. 123
265
Ni la Dependencia ni
la Autosuficiencia
Cuando habíamos insistido, como niños, en que la gente
nos protegiera y cuidara de nosotros, o que el mundo nos adeudaba la vida,
entonces el resultado había sido infortunado. La gente que más habíamos amado
nos apartaba a empujones y tal vez nos abandonaba por completo. Nuestra
desilusión había sido difícil de soportar.
No nos dimos cuenta de que aunque éramos adultos en años,
todavía nos comportábamos como niños tratando de convertir a todo (amigos,
esposas, esposos, al mundo mismo) en padres protectores. Nos habíamos negado a
aprender la dura lección de que la dependencia excesiva de otras personas
resulta fallida porque todas las personas son falibles, y aún los mejores de
ellos nos fallarán a veces, especialmente cuando nuestras exigencias de
atención se vuelvan irrazonables.
* * * * *
Estamos ahora basándonos en algo diferente: nos basamos y
confiamos en dios. Confiamos en Dios infinito en vez de en nuestros egos
limitados. En la medida en que obramos como creemos que El lo desea y
humildemente confiamos en El, así El nos capacita para enfrentarnos con
serenidad ante las calamidades.
DOCE Y DOCE, pág. 122
ALCOHÓLICOS ANÓNIMOS, pág. 64
288
Sobriedad Emocional
Si analizamos cada trastorno que experimentamos, tanto
los grandes como los pequeños, encontramos en su raíz alguna dependencia
malsana y sus consiguientes exigencias malsanas. Con la ayuda de Dios, sigamos
renunciando a estas paralizantes actitudes.
Entonces, podemos ser liberados para vivir y amar;
podemos hacer el trabajo de Paso Doce con nosotros mismos, así como con los
demás, para llegar a la sobriedad emocional.
GRAPEVINE, Enero de 1958
ASISTIERON: ANGELA
XTABAY
GONZALO.
LUCIANA.
MARYPAZ.
MIRNA.YOLA.
VALENTINA VAINILLA.
J CARLOS.
SANDRA .
BETO.
ABORDARON TRIBUNA:
XTABAY.
ANGELA.
MARYPAZ.
MIRNA.
Y GONZALO.
COORDINACION : ROCIO F.
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